PROYECTO EDUCATIVO

En los primeros años de vida es cuando se realizan todas las conexiones neuronales y se caracteriza por la plasticidad del cerebro, siendo  en esta etapa cuando más logros y capacitaciones se consiguen. El niño de 0  3 años experimenta grandes cambios en todos los aspectos de su desarrollo, intelectual, motor, afectivo, social, y  la  capacidad de almacenar información es inversamente proporcional a su edad y tamaño.

Teniendo en cuenta esta realidad y como cada niño es único y distinto a los demás, tenemos un proyecto abierto y flexible, capaz adaptarse de forma individualizada a las distintas necesidades educativas y ritmos madurativos de cada alumno.

Cuenta con una metodología activa, basada en el juego, la manipulación y la experimentación y con actividades motivadoras, llevadas a cabo dentro de un clima lúdico, afectivo y cordial, para estimular y favorecer el desarrollo de las capacidades y habilidades que permitan al niño conseguir sus propios logros, expresarse libremente y ser más competente en todos los ámbitos de la vida, adquiriendo seguridad y autoestima. Siendo, así, el verdadero sujeto activo de su aprendizaje.

“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. (Benjamín Franklin)

El objetivo de nuestro proyecto es conseguir el desarrollo integral del niño para que sea capaz de sentir, pensar, descubrir, explorar y aprender, compartien-do experiencias divertidas y estímulos enriquecedores. Pero no se puede hablar de desarrollo integral sin tener en cuenta todos los aspectos, por eso, par-tiendo de situaciones cotidianas con las que se sientan identificados, también se trabajan de forma globalizada tanto las emociones como los sentimientos.

Educar en valores es fundamental porque favorece el desarrollo global de los niños y su integración en la sociedad de forma positiva.

Educar a nuestros alumnos para que aprendan a dar valor a algunas conductas y comportamientos, les ayudará a convivir mejor  y a sentirse bien en el ambiente  en que se encuentren. Valores como la amistad, la comprensión, la tolerancia, la paciencia, el respeto, la cooperación… son esenciales  para un desarrollo sano de los niños.

En la Escuela, fomentamos las capacidades individuales, el esfuerzo y el espíritu de superación frente a la competitividad, por eso, no es lo mismo, motivarles  a  “ser el campeón ” , que  a “ser  un campeón”. Lo que a los ojos de los adultos puede parecer un pequeño paso, (cuando ha dejado el chupete, los pañales, se viste solo, cambia la alimentación….), para ellos, es una gran hazaña, un  gran logro que hay que valorar, reconocer  y felicitar.